Testimonios

Siempre he tratado de hacer películas donde unos narradores me permitan traducir qué es la violencia. Porque esa es humana, la violencia no es genérica, la violencia es cultural, humana, siempre es un reclamo, una demanda de unas cosas. Es tocar una puerta que no te abren nunca, es una cosa simbólica, siempre se está escribiendo algo que trata de decir algo que nadie quiere oír.

Víctor Gaviria
> Director de cine entrevistado

¿Quiénes son estos chicos jugando a ser el capo? Pues, o sea, ¿quiénes somos? Aquí estamos nosotros, a los que nos tocó oír explotar las bombas, a los que nos tocó ir a nuestras casas o las de nuestros vecinos explotadas (…) una generación de los mayores. Y hay otra generación de los menores (…) que son los que están por venir. Entonces sí es un tema de sociedad: ¿quiénes somos?, ¿cómo nos estamos construyendo? (…) No sólo la cultura paisa, sino incluso a nivel mundial, ¿qué está pasando con todas las grandes celebrities
​ ? (…) ¿cuál es mi imagen?, ¿cómo quiero ser visto? (…) ¿Quiénes somos? O sea, si nuestros hijos están creciendo con gente cuyas mayores expectativas son ser el capo y matar al otro y tener el arma en la mano, pues sí hay que recapacitar.

Patricia Bravo
> Artista Participante de laboratorio de creación con artistas

Ahí fue donde se legitimó que éramos una sociedad de traquetos, que era legítimo traficar, no solo con la droga sino con todo, con las conciencias, con las dignidades, con la pobreza, con el desgano. Ahí fue donde la sociedad entendió que todo tenía precio, y en esa década fue que encontraron el monto que había que repartirle a cada quien. En los 80 la excusa era Pablo, pero, ¿y en los 90? ¿Por qué al caer todo ese imperio la gente no cambió de actitud, por qué seguimos alojados en esa comodidad tan enorme que generó el narcotráfico?

Gloria Taborda
> Participante de grupo focal interdisciplinario

Yo conocí a un muchacho, un mafiosito de Envigado. Se encariñó de mí, me daba 5 mil por la lustrada y me dejaba mediecita, me llevaba a la casa, le lustraba los zapatos a la señora (…) Un día me dijo: –Tocayo, yo quiero sacarlo a usted de la pobreza para que deje ese oficio. –No, yo quiero mi oficio. Me dijo: –Vea, le compro unos vestidos bien elegantes… Que yo tenía buena presencia, que me ponía una maleta de doble fondo, que con dos o tres viajes me hacía rico. Yo le dije: –Vea tocayo, con todo respeto –le dije así–: vea Héctor, yo no tengo nervios para eso, yo quisiera tener casa porque me gustaría tener la casa, yo me crié en la calle con cajas de cubos margarita, yo no quiero cometer un error. Me dijo: –Vea tocayo, la persona que no anhela nada no merece vivir. Yo le dije que entonces yo no merecía vivir. Yo trabajaba en el bar Kennedy, yo lustre allá 30 años, allá me llamaban, cuando una llamada, dizque: –¿Con el camaján? Vea mijo, con doña Amparo, ¿usted no va a venir al velorio de su tocayo? Y hacía 8 días me había dicho que no merecía vivir. Allá estaba en la sala número uno de Campos de Paz (…) Esa gente anda nerviosa a toda hora, es una vida incómoda (…) Hoy tengo 72 años y aquí sigo vivo.

Camaján
> Participante de grupo focal, lustrabotas

Uno decir que Pablo Escobar decidió ser Pablo Escobar es una ingenuidad. Pablo Escobar es una ficha de todo el mercado de la droga a nivel mundial. No lo persiguieron para que se acabara la droga, lo persiguieron porque era competencia para otros carteles. Pero no era porque Estados Unidos tuviera una tentativa de acabar con la droga, era porque se le fue la mano (…) y desobedeció las leyes del mercado espurio que es el narcotráfico. Pero eso trae otras connotaciones a nivel internacional que hay que entrar a parar (…) hoy ya ese jueguito de que está en el poder un conservador, un comunista, un liberal, un ateo, un evangélico… eso ya es arcaico. Hoy está algo muy grave para la justicia, algo muy grave: el mercado. Usted lo acaba de decir, jueces que se compran y se venden, ya es un problema. ¿Cuánto vale el auto?, ese auto interlocutorio puede valer tanto o esa sentencia puede valer tanto, ya eso lo decimos con mucho dolor en el alma. Pues entonces, a mí me parece que esos rescates de la moralidad hay que entrar a defenderlos a partir de estos relatos.

Albeiro Pulgarín
> Participante de grupo focal, sector judicial

Sicariato, esa es la palabra que se me viene a la mente. Yo vine a conocer esa palabra montado en un bus en la ciudad de Medellín (…) Y yo decía ​¡qué complejidad qué situación tan grave!
​ Esta palabra, el sicario, se volvió de moda en Medellín. Porque siempre aparecía alguien en la ciudad de Medellín tirado en las calles y que habían acabado de darle 5 o 10 tiros o 20 tiros y uno decía: –¿Y a ese que le pasó? –No, un sicario. Entonces para mí la palabra sicario se volvió muy especial, yo siempre pensaba ​¿de dónde sale el sicario?, ¿por qué se vuelve sicario?, ¿cómo castigar un sicario?
​ Y entonces, a través del tiempo, he ido morigerando un poco la connotación que tiene el término. Para mí en esa época era un golpe, un golpe cada vez más profundo.

Jorge Fernando Acevedo
> Médico legista entrevista

La sociedad no debería ser Kardashian, porque estamos muy contaminados por un mundo, una forma, que se volvió una alternativa de vida. Estamos glamurizando la violencia, eso no está bien. Se volvió glamuroso ser violento (…) Idealizar nuestra vida es un gesto que no está bien porque entonces no vivimos en la realidad (…) la gente tiene esta fantasía de que el diario vivir en la cotidianidad no es lo importante, y que hay que hacer obras maestras. La aceptación, hay que saber aceptarnos en la situación donde estamos (…) y donde caímos, para salir adelante.

Jorge Julian Aristizabal
> Artista Participante de laboratorio de creación con artistas

Medellín ha contado muchas cosas pero es que Medellín es una ciudad muy compleja. Yo creo que habría que hacer una radiografía íntima de Medellín…

Gilmer Mesa

Les voy a contar, recientemente tuvimos en la ciudad de Medellín la historia de los embolsados, que aparecieron unos cinco o seis cadáveres (…) atados de manos y pies, las manos con los pies, casi que formando una bola con el cuerpo mismo (…) En la época de los 90, cuando se presentaban conflictos entre lo que era el Cartel de Medellín con ​El cartel ​de Cali, o Cartel de la costa, (…) había una gran cantidad de muertes que llevaban implícito un mensaje. Por ejemplo, nosotros haciendo necropsias y encontrar sujetos que tenían la marca de unos martillazos. Si a uno le dan en vida unos martillazos con el martillo acostado, aparece la figura del martillo, (…) entonces ahí es como si le hubieran puesto el sello (…) Otros los asesinaban y al sujeto lo encontraban amarrado de pies y manos, y con una estaca en el corazón. La estaca era un pedazo de madera que, simple y llanamente, era la punta de un taco de billar (…) a la que le sacaban un poquito de filo y se la enterraban en el pecho. Ya metido en el pecho, cortaban con una segueta o con un elemento, un serrucho, y lo cortaban en ese lugar, en ese punto (…) El aserrín aparecía impregnando en el tórax (…) Era la impronta que proponía cualquier sujeto generador de violencia.

Jorge Fernando Acevedo
> Médico legista entrevistado

Sí somos una sociedad enferma… aquí todos los días viene mucha gente, mamás, papás, hijos, que han sido maltratados, lesionados por su propia familia. De donde uno puede decir que uno de los lugares más peligrosos de la ciudad es el hogar. A pesar de eso que les cuento yo sigo creyendo que es posible que nosotros tengamos una sociedad mejor (…) Y creo que hemos ido mejorando, y creo que hay ciertas violencias que han ido desapareciendo, pero falta un camino por recorrer enorme.

Jorge Fernando Acevedo
> Médico legista entrevistado

Víctor Gaviria, que hizo la película​La mujer del animal, fue creada en esos años 80. Para el lado de allá había el animal, que ese sí se llevaba a las mujeres, las desaparecía, se las robaba, las secuestraba, y podía estar el papá o la mamá al lado y él se llevaba a su hija. Era falto de respeto, no tenía escrúpulos, era un animal completo.

Participante
> Grupo focal, barrio Manrique

Mucha matanza. Un día, ahí parado, lo saludó y ahí junticos, y cuando menos pensó, le volaron la cabeza con un changón. A mi hermano le dieron cuatro tiros y salió corriendo, lo entraron al San Vicente como cómplice del jefe y custodiado. Al otro día uno no sabe cómo y llegó a la casa…

Zulay
> Participante de grupo focal, barrio Manrique

Yo trabajaba como profesor de uno de los fiscales de Envigado o Itagüí, lo vi descompuesto, él había sido estudiante mío. Me senté a interrogarlo que qué le pasaba y me contó: –Ayer hice un levantamiento de cadáver. –¿Cómo así que un levantamiento de cadáver? –Sí, le habían partido la lengua, primero lo castraron, el pene se lo partieron, después le quebraron los dientes vivo, le taladraron la pierna, tal cosa, le quitaron los ojos vivo –entonces yo le pregunté: –¿Qué pasó? –No, es que le pusieron precio a Pablo Escobar. Entonces estaban detrás de los 5 mil millones de pesos que estaban dando por Pablo Escobar. Es decir, usted le pone precio a la muerte y ahí aniquila el valor de la vida. Fue lo mismo que pusieron aquí como política de Estado con los falsos positivos, usted poniéndole precio a la muerte pierde el valor de la vida (…) Es decir, yo creo que como política de Estado se impuso que no valía nada la vida (…) Es decir, el enemigo se va construyendo y se va odiando. Y cuando uno al enemigo le quita la dignidad, le quita la condición de persona y justifica su aniquilamiento.

Profesor
> Participante de grupo focal, sector judicial

Como que a un muchacho de estos le parece que matar a alguien, ser sicario, es trabajar… Entonces por ejemplo un señor de la tienda le decía: –Matame a este man que me está robando mucho. Y ellos ahí mismo: –¿Cómo así, me dieron este trabajo tan importante? Somos importantes… Ellos empezaron a tener ese lenguaje que hacía alusión a un mundo de sombras, de fantasmas, de aquel que está por fuera de una casa, el que ve el mundo a través de un vidrio. Entonces claro, ellos creían que trabajar era robar, que trabajar era matar…

Víctor Gaviria
> Director de cine entrevistado

Cuando nosotros empezamos a hacer​ Rodrigo D. No Futuro​ nos encontramos de golpe, así, así de golpe, con que ya el problema no era el oprimido, la explotación, el explotado… la mitad de la ciudad había caído por un barranco, digámoslo, a un lugar que ya no era la explotación. Porque ya esta gente ni siquiera era explotada ni nada, esta gente no existía, era la realidad de la exclusión… La exclusión tiene una forma aquí en Medellín y Antioquia, y luego en todo el país.

Víctor Gaviria
> Director de cine entrevistado

Si hay alguien pecador, yo creo que fue Pablo Escobar, porque él jugó con lo más tierno que una sociedad puede tener: la juventud. Porque llegó, prometió y construyó unas casas, y se las regaló a unas familias campesinas, unas personas pobres que no tenían nada de dinero, y se llevó a sus muchachos, a los jóvenes hijos de estas personas, porque lo veían como un salvador. Eso fue lo que pasó en ese momento y estamos repitiendo la historia; porque claro, estamos otra vez con ese romanticismo, el Robin Hood, eso fue lo que él hizo, trató de ser el Robin Hood colombiano.

Anónimo

Ya no hay esas bombas, ya no hay tantas masacres, pero esta ciudad está en un estado muy delicado, esta ciudad no ha salido de esa vaina (…) La extorsión es la palabra más actual que hay en este momento en Medellín. Yo lo digo sin susto, Medellín es una ciudad ilegal completamente.

Juan Fernando Ospina
> Fotógrafo Participante de grupo focal, sector cultural

Perdimos, en cierta medida, quienes estábamos en la adolescencia, la oportunidad de disfrutar muchas cosas porque la ciudad vivía un clima de tensión. Si había jóvenes en una esquina, podían ser estigmatizados por las famosas limpiezas sociales que se hacían por ahí.

Gregorio Enríquez
> Participante de grupo focal, sector funerario

Yo no sé si ustedes más jóvenes se han hecho la pregunta de cómo era esto sin bandas, cómo era un Medellín sin que la gente tuviera que esconderse, donde la gente andaba tranquila.

Gloria Taborda
> Participante de grupo focal interdisciplinario