Conoce la historia que atesora nuestro país

Siempre querida

28 de mayo de 2020

 

Siempre querida:

 

Esperamos que todo ande bonito, como siempre, como cuando saliste de casa a trabajar y en tu sonrisa se podían ver los sueños que dentro de tu mochila nos querías traer. Aún yo estaba muy chico, pero cómo olvidar tu beso en mi frente y el abrazo interminable con mi hermana. Ella, la “Tata”, como de cariño le digo hace varios de años, está por terminar sus estudios en la universidad, dice que trabajar por la sociedad es un acto de valientes; será una buena profesora de ciencias sociales. Yo sigo en el colegio; me gusta mucho escribir y dibujar; cuando vuelvas, vas a encontrar una pared llena de mariposas pintadas de azul, como esas que todos los días llegan al balcón de nuestra casa. El tío “Toño”, quien tanto nos ha cuidado después de tu salida, dice que mi hermana y yo somos unos locos, unos poetas, unos soñadores sin reversa. Él te manda muchos saludos, dice que te extraña, que te espera para tomarse un café con leche y hablar de los abuelos.

 

Sabes, ayer llovió mucho, parecía que el cielo llorara y nos pidiera una oración; fue muy raro. La “Tata” y yo encendimos una velita, sonreímos, cerramos los ojos, y en silencio esperamos que escampara. No pasó mucho tiempo y el cielo empezaba a despejarse; los pájaros salían del monte, y los grillos empezaban a grillar. “Después de la tormenta viene la calma”, nos decías cuando alguno de nosotros dos nos caíamos y nos raspábamos las rodillas, cuando en la escuela nos molestaban porque llegábamos con la ropa empantanada, cuando llorábamos por el dolor en nuestras piernas… Dicho y hecho, al escampar los charcos se hicieron espejos bajo el cielo, el río en la vereda dejaba ver su brillo y, al otro lado de la montaña, se escuchaba el ladrido de los perros.

 

La “Tata” y “Toño” te mandan muchos abrazos y besos; me dijeron que te escriba que te amamos, que te extrañamos; que donde quiera que estés nos llevas presente y le pides al cielo que nos sonría, que nos proteja y bendiga nuestros caminos, así como nosotros también los soñamos para ti. Te esperamos.

 

¡Te amo mamá!

Luz Mery Castaño Blandón